sábado, 5 de noviembre de 2011

En el corazón del verbo

Las palabras, arrastradas por los vientos que soplan, están cada vez más devaluadas, no en si mismas, sino por las bocas de algunos de aquellos que las pronuncian. Cada palabra tiene un valor intrínseco, motivador, revelador, catárquico..., una sola palabra en un contexto adecuado, pronunciada por los labios adecuados, puede llegar a tener el poder suficiente como para mover el mundo.

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