Esta que ahora voy a contar es la historia de X, como podía haber sido la historia de Y, o de A, o de B, o de C, o de cualquier otra letra del abecedario que pudiera haber representado a nuestro protagonista. Así pues, centrémonos hoy en X. X es una persona normal, tan normal como cualquier otra, tan normal como cualquier persona de esas que nos tropezamos a diario por cualquier calle de cualquier ciudad. Pero hay algo que distingue a X sobre todas las cosas; y es que fuera del ámbito de las redes sociales que entretejen su vida, X no tiene vida. X fue siempre una persona tímida y reservada, de esas que miran más para adentro que para afuera, X estaba solo en el mundo, y no se le conocían más amigos que los propios compañeros del trabajo; eso, siendo benévolos con X, pues es bien sabido que no siempre un compañero de trabajo deviene en amigo, y, aunque bien es cierto que en ocasiones puede suceder al contrario, y un amigo puede convertirse en compañero de trabajo, no era este el caso. Por tanto, el ámbito de la vida social de X, y cuando hablamos de vida social nos referimos a las relaciones interpersonales directas entre seres humanos, se circunscribía única y exclusivamente a las ocho horas de trabajo diarias. Fuera de aquí, X dedicaba todo su tiempo libre a vagar por la red; sentado frente a su computadora compartía todo aquello que pudiera inquietar a su atormentada alma, actualizaba su muro con sus reflexiones más profundas e íntimas, compartía todas aquellas noticias que le resultaban de interés para él mismo y para otros que sólo él era capaz de considerar, chateaba con su interminable lista de amigos, inventaba todo tipo de historias, dependiendo siempre de si hablaba con unos o con otros, y había desarrollado incluso la extraña habilidad de retomar cualquier historia o conversación en el punto exacto en el que la había dejado, ya hubieran pasado días, semanas, e incluso meses y años enteros, con lo cual, ni el interlocutor más avezado hubiera sido capaz de darse cuenta del sutil e infantil engaño. Un día tras otro, X pasaba horas y horas rastreando la red en busca de posibles nuevas amistades, a las que poder enviar alguna nueva solicitud de afecto virtual, supliendo, de esta forma, su connatural soledad.
El primer día que X faltó al trabajo, nadie notó su ausencia, y no fue hasta el momento en el que con el paso de los días se fueron acumulando los expedientes sobre su mesa, cuando los compañeros llamaron la atención del jefe de sección, y éste, a su vez, del Señor Director. Convinieron todos, pero sobre todo los que con con él mantenían una relación más cercana que, aun cuando X llevaba varias jornadas sin presentarse en la oficina, éste había seguido, sin embargo, publicando mensajes, noticias y fotografías en su muro, por lo que dieron por hecho que X habría caído enfermo, víctima, seguramente, de alguna de aquellas terribles gripes que de cuando en cuando le aquejaban. Dieron por hecho, de igual modo, que aquella que habían supuesto y no otra sería la razón por la que X no habría podido aún comparecer ante sus superiores, y hacer entrega, pues, del correspondiente parte de baja médica que en casos como el que aquí relatamos es preceptivo. Lo cierto es que X nunca más acudió a su puesto de trabajo, que su muro se fue poblando de noticias, fotos y comentarios, que su número de amigos iba cada día en aumento, mucho tiempo después, incluso, de haber aparecido en los periódicos la breve y triste nota que hacía referencia al gris funcionario que había sido encontrado muerto en su pequeño piso del centro de aquella gran ciudad, y que respondía al nombre de X.
Un individuo "aislado" en la vida real también lo es en la vida digital.
ResponderEliminar"La investigación también muestra la importancia de saber cuándo se producen las INTERACCIONES. Si dos individuos interactúan y más tarde uno de ellos interactúa con un tercero, entonces la información de la primera interacción se podría pasar al tercer individuo, PERO el tercer individuo no podría transmitir información al primero.
Bloder sostiene que
En algunos CONTEXTOS es claramente mejor no difundir información lo más rápido posible y entonces surge la pregunta: EN QUÉ CONTEXTO ES BUENO SER EFICIENTE Y EN QUÉ CONTEXTO NO LO ES."
http://www.churbayportillo.com/blog/2011/05/24/las-hormigas-ayudan-a-entender-a-las-redes-sociales/
NO see, la verdad es que me recuerda al ordenador central de Tron el cual había sido hombre una vez ...
ResponderEliminarGuillejocker
Al final tanto el mundo real como el virtual sigue su camino con o sin tí, por muchos amigos digitales que tengas. Y como es sabido, las noticias importantes las dan los periódicos tradicionales, los de toda la vida!!
ResponderEliminar"Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando,..."
ResponderEliminarEs cierto que el ser humano cada día avanza más en tecnología, y por lo tanto en comunicación multidimensional, lo que no apreciamos a veces, es que quizás esta tecnología, resultado de la inteligencia del hombre, no pueda ser asimilada por esta misma. Puede que los acontecimientos vayan por encima del desarrollo del hombre y por ello aunque vivimos en la sociedad de la información y la comunicación, nos encontramos en una de las épocas históricas donde hay más suicidios, depresiones, soledad ..y en definitiva incomunicación .
ResponderEliminarMuchas personas, al no sentirse realizadas personalmente, buscan su refugio detrás de una pantalla de ordenador, donde pueden crear una nueva historia, donde pueden ser diferentes. Sin embargo, está demostrado que suplir de este modo las relaciones interpersonales, no sacia ni satisface, al menos no a largo tiempo el afecto de rodearte de personas. Por lo tanto este tipo de conductas, sólo puede derivar en un transtorno mental que haga que la persona deje de distinguir entre una realidad y otra. Y lo cierto es que muchas veces las tecnologías crean personas solitarias e incapaces de establecer una comunicación sana, algo muy triste porque si hay algo que verdaderamente distingue a los seres humanos de los demás seres vivos es eso, la sociabilidad, la capacidad de mantener relaciones interpersonales directas y así crecer y evolucionar en sociedad y como personas.
http://juanfelipegarciarodriguez.blogspot.com/2011/02/pesar-de-facebook.html
ResponderEliminarFeli, Me quedo con estas joyas:
ResponderEliminar"no siempre un compañero de trabajo deviene en amigo, y, aunque bien es cierto que en ocasiones puede suceder al contrario, y un amigo puede convertirse en compañero de trabajo..."
"cuando hablamos de vida social nos referimos a las relaciones interpersonales directas entre seres humanos"
Y lamentablemente sabemos de invidividuos que han encontrado en las redes sociales e Internet la única manera de dar un paso adelante y poder interrelacionarse con otras personas.
En definitiva, muy buen texto, como siempre con ese deje de pesimismo y melancolía suprema que sueles impregnar en todos tus trabajos. ¿para cuando uno basado en los teletubbies?
Je je je ...un saludo "social" my friend.
Valoro, Fran, tu tiempo y y tus comentarios a este texto. Cada cual que aporte lo que pueda, o lo que deba, o lo que quiera...
ResponderEliminarNo creas que no he pensado mucho también en teletubbies; tengo cosas en mente, pero no éste el momento.
Saludos "sociales", amigo.