descabezado el tajinaste agoniza
mientras tanto en otro lugar dos palomas
en la oscura noche juegan monocromas
a perseguirse al borde mismo de la autopista
y en la soledad del túnel las palomas
impasibles al triste protagonista
que no lejos de allí también finaliza
a la misma hora en que tú te desplomas
y en el sillón de casa feliz descansas
sin que nada de esto a nadie importe ni a Dios
ni a ninguno de sus dulcísimos ángeles
cuando el agua del río al fin se remansa
lejos de allí donde ya ni siquiera Dios
existe mientras todo esto y más
pasa
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